¿Por qué es importante la seguridad del correo?
A pesar del auge de las herramientas de mensajería instantánea, videollamadas y otras herramientas colaborativas, el correo sigue siendo una de las principales formas de comunicación y colaboración en el mundo digital actual. El número de correos electrónicos que se intercambian a diario se encuentra actualmente superando los 330 billones, lo que equivale a unos 3,5 millones de correos enviados al segundo.
Esto significa también que los emails se han convertido también en el arma elegida por los cibercriminales para lanzar ataques sofisticados. Estos son el punto de entrada para diferentes tipos de ataques, incluyendo el phishing, el ransomware y el malware, con más del 90% del malware y los ataques de ransomware accediendo a través de un simple correo electrónico.
Hoy en día, la mayoría de las comunicaciones internas de una empresa se llevan a cabo a través del correo electrónico, por lo que la seguridad en el correo debería ser un punto crucial en la estrategia de ciberseguridad de cualquier organización para asegurar que toda la información permanece confidencial.
Las amenazas relacionadas con el correo electrónico han aumentado considerablemente desde la pandemia y sigue siendo una seria amenaza para las empresas aún hoy en día. Los ataques de phishing tienen tanto éxito, puesto que son convincentes, lo que a veces hace que sean muy difíciles de detectar y prevenir.
Aunque el error humano sigue siendo una de las causas principales de que los ataques a través de correo electrónico sigan teniendo éxito, la frecuencia y la complejidad de estos ataques no se puede ignorar. Referente a la frecuencia y cantidad de estos correos, se estima que cada trabajador recibe una media de unos 14 correos maliciosos al año, aunque existen sectores que se ven más afectados que otros. Con estos ataques evolucionando cada día, los sistemas tradicionales de seguridad como filtros a veces no son suficiente para detenerlos.
El cambio a trabajo remoto ha supuesto una oportunidad ventajosa para los ciberdelincuentes gracias a que cada vez dependemos más del correo para comunicarnos. La falta de formación para concienciar acerca de la seguridad es uno de los motivos principales por los que los ataques a través del correo electrónico han tenido tanto éxito. Se estima que casi el 40% de los usuarios sin formar no serían capaces de identificar un correo de phishing. Formar a tus trabajadores para identificar algunas de las técnicas más habituales puede ayudar considerablemente la susceptibilidad de una empresa a estos ataques.
Direcciones de correo electrónico: si han conseguido acceso a una cuenta de correo, uno de los principales datos que recaban son otras cuentas de correo para poder crear listas de direcciones y así usarlas para seguir realizando estos envíos maliciosos. Si pueden acceder a tu correo electrónico, pueden llegar a obtener todos los datos de tu agenda, desde cuentas de compañeros a las de proveedores y clientes, que luego pueden utilizar para hacer ataques más peligrosos, como enviar un mensaje imitando a un proveedor solicitando el pago de una factura.
Datos de acceso: esto incluye nombres de usuarios y contraseñas. Lo más común es que los ataques ransomware empiecen cuando un atacante consigue los datos de acceso a algún servicio de la organización, desde un sistema de mensajería a un servicio VPN, a partir del cual pueden conseguir acceso a otros servicios o datos personales para poder efectuar el ataque.
Información personal: esto implica todo tipo de datos, desde datos personales como nombre, dirección, correo y datos identificativos, tanto de clientes como de trabajadores, como a información como los registros médicos, los datos financieros y los archivos de recursos humanos. Los atacantes que acceden a estos datos pueden hacer un uso indebido de esta información para obtener beneficios económicos vendiéndolos o usándolos para hacer chantaje.
Como ya hemos indicado, los ataques de phishing se están volviendo cada vez más sofisticados, por lo que a veces resulta difícil identificarlos. Estos son algunos de los más habituales:
Suplantas marcas conocidas: una de las técnicas más populares es el envío de correos de spoofing o suplantación, normalmente proporcionando un enlace para acceder al “servicio”.
Páginas de phishing: a veces estos correos envían a páginas webs que son réplicas exactas de las marcas que están suplantando o incluso simplemente aprovechan un evento o época especial para crear páginas fraudulentas para hacerse con los datos de los usuarios que acceden.
Archivos adjuntos maliciosos: otras veces, estos correos incluyen un archivo adjunto que se trata realmente de malware. Algunos de los archivos más habituales son los PDF y documentos Word.
Los ataques al correo electrónico son cada vez más comunes, por lo que resulta imprescindible protegerse, tanto mejorando la seguridad del correo como conociendo cómo funciona el phishing para protegerte de estas amenazas.
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